01 agosto 2010

Acentos porteños


"El público fue llegando antes que los dignatarios; pero tal vez público no sea la palabra apropiada: se trataba, evidentemente, de invitados, de delegaciones, que en grupos iban cubriendo gradualmente la calzada. Estaban, todos, vestidos con estudiada sencillez y los rostros trasuntaban, en distintas entonaciones nacionales, una misma ironía, una misma distancia, ese tácito "estoy aquí y al mismo tiempo me miro estar aquí" que distingue a quienes, a falta de una palabra menos gastada, llamamos intelectuales.
Distintos idiomas llegaban a la ventana del primer piso desde donde yo, en short y con el torso desnudo, observaba ese espectáculo buscándole una clave, ignorado por el elenco siempre creciente que ya llenaba el improvisado escenario. De pronto creí escuchar acentos porteños: "...se va a poner verde de envidia cuando sepa que estuvimos", "que se embrome", y otras expresiones de competitividad y desdén que me eran familiares."

Edgardo Cozarinsky, pasaje del relato Las chicas de la rue de Lille, de los libros El pase del testigo, y Tres fronteras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario