28 noviembre 2012

Indiferencia

"[...] [la voluntad o libertad del albedrío] consiste tan solo en que podemos hacer o no hacer una cosa, es decir, afirmar o negar, buscar o evitar una misma cosa; o, mejor dicho, consiste solo en que, para afirmar o negar, buscar o evitar las cosas que el entendimiento nos propone, obramos de manera que no nos sentimos limitados por ninguna fuerza exterior. Pues para ser libre, no es necesario ser indiferente a la elección de uno y otro de los dos contrarios; sino que, cuanto más me inclino a uno de ellos, sea porque conozco con evidencia que el bien y la verdad están en él, o porque Dios dispone así el meollo de mi pensamiento, tanto más libremente lo elijo y acepto; y, en verdad, la gracia divina y el conocimiento natural, lejos de disminuir mi libertad, la aumentan y fortifican; de tal manera que esa indiferencia que siento, cuando ninguna razón me arrastra, por su fuerza, hacia uno o otro lado, es el grado inferior de la libertad y más representa defecto en el conocimiento que perfección en la voluntad [...]"


René Descartes, Meditaciones metafísicas, Aguilar, Buenos Aires, 2010.

22 noviembre 2012

Pienso, luego soy

[...] pensando que todos los pensamientos que tenemos cuando estamos despiertos podemos tenerlos también cuando dormimos, sin que ninguno sea en este caso verdadero, me resolví a suponer que todas las cosas que habían penetrado en mi espíritu eran tan falsas como las ilusiones de mis sueños. Pero, inmediatamente después, me di cuenta de que, mientras quería pensar que todo era falso, era absolutamente preciso que yo, que lo pensaba, fuese alguna cosa, observando que esta verdad: pienso, luego soy, era tan firme y cierta que las más extravagantes hipótesis de los escépticos no eran capaces de destruirla, juzgué que podía admitirla sin escrúpulo como primer principio de la filosofía que buscaba.


René Descartes, Discurso del Método, Aguilar, Buenos Aires, 2010.

Simples razonamientos

Y pensaba también que las ciencias de los libros, por lo menos aquellas cuyas razones son meramente probables y carecen de demostración, habiéndose formado y asentado poco a poco con las opiniones de muchas y diversas personas, no son tan próximas a la verdad como los simples razonamientos que puede hacer un hombre de buen sentido respecto de los problemas que se le presenten.


René Descartes, Discurso del Método, Aguilar, Buenos Aires, 2010.
 

20 noviembre 2012

Solo sé que nada sé

No hace falta que diga su nombre; solo diré que era un político y que, al examinarlo, me pasó lo que voy a referiros: llevé a cabo un examen a que lo sometí por medio de la conversación y tuve la impresión de que ese hombre parecía sabio a muchos y sobre todo a sí mismo, pero no lo era, y seguidamente procuré demostrarle que creía ser sabio sin serlo. A consecuencia de esto me gané su enemistad y la de muchos de los que estuvieron presentes, y partí pensando para mis adentros: "Yo soy más sabio que este hombre; es posible que ninguno de los dos sepamos cosa que valga la pena, pero él cree que sabe algo, pese a no saberlo, mientras que yo, así como no sé nada, tampoco creo saberlo."


Platón, Defensa de Sócrates, Aguilar, Buenos Aires, 2010.