FAUSTO.--¡Sálvala o ay de ti! Que caiga sobre ti la más nefasta maldición a través de los siglos.
MEFISTÓFELES.--Yo no puedo soltar las cadenas que ha puesto el Vengador. No puedo descorrer sus cerrojos. Sálvala. ¿Quién fue el que la llevó a la perdición, yo o tú? (FAUSTO mira en torno a sí, perturbado.) ¿Te gustaría echar mano de los truenos? ¡Menos mal que no se les ha concedido eso a los miserables mortales! Hacer pedazos al inocente que se tiene delante es tu tiránica costumbre para buscar alivio en la confusión.
Johann Wolfgang Goethe, Fausto, Gradifco, Buenos Aires, 2004.