28 diciembre 2012

Fausto

FAUSTO.--¡Sálvala o ay de ti! Que caiga sobre ti la más nefasta maldición a través de los siglos.
MEFISTÓFELES.--Yo no puedo soltar las cadenas que ha puesto el Vengador. No puedo descorrer sus cerrojos. Sálvala. ¿Quién fue el que la llevó a la perdición, yo o tú? (FAUSTO mira en torno a sí, perturbado.) ¿Te gustaría echar mano de los truenos? ¡Menos mal que no se les ha concedido eso a los miserables mortales! Hacer pedazos al inocente que se tiene delante es tu tiránica costumbre para buscar alivio en la confusión.


Johann Wolfgang Goethe, Fausto, Gradifco, Buenos Aires, 2004.

16 diciembre 2012

Palabras

EL PADRE: ¡Aquí está el error! ¡En las palabras! Cada uno de nosotros posee dentro de sí mismo un mundo de objetos, su mundo de objetos. Pero, ¿cómo podremos entendernos, señor, si en las palabras que yo pronuncio encierro el sentido y el valor de las cosas tal como son dentro de mí, mientras quien las escucha las asume inevitablemente con el sentido y el valor que tienen para él, que tienen en el mundo que lleva dentro? Creemos entendernos, pero nunca nos entendemos. Mire: mi piedad, toda mi piedad por esta mujer (señala a la Madre) ha sido asumida por ella como la crueldad más feroz.


Luigi Pirandello, Seis personajes en busca de autor, Terramar, La Plata, 2004.