30 enero 2016

Simulaciones

Cuidado con las simulaciones, todo el mundo se las toma en serio. La gente no creyó a Semmelweiss cuando trataba de convencer a los médicos de que se lavaran las manos antes de tocar a las parturientas. Decía cosas demasiado simples. La gente cree al que le vende la loción para curar la calvicie. Algo les dice que ese individuo combina verdades que no se pueden combinar, que no razona correctamente ni tiene buena fe. Pero toda la vida han oído decir que Dios es complejo, e insondable, de modo que para ellos la incoherencia es lo que más se parece a la naturaleza divina. Lo inverosímil es lo que más se parece al milagro.


Umberto Eco, El péndulo de Foucault.
Buenos Aires, Sudamericana, 2012.

15 enero 2016

Vender

Para vender hay que empaparse de una sutilidad "mercurial", escoger las palabras y cuidar los conceptos, adular con circunspección, conversando de lo que no se piensa ni cree, entusiasmarse con una bagatela, acertar con un gesto compungido, interesarse vivamente por lo que maldito si nos interesa, ser múltiple, flexible y gracioso, agradecer con donaire una insignificancia, no desconcertarse ni darse por aludido al escuchar una grosería, y sufrir, sufrir pacientemente el tiempo, los semblantes agrios o malhumorados, las respuestas rudas e irritantes, sufrir para poder ganar algunos centavos, porque "así es la vida". 


Roberto Arlt, El juguete rabioso.
La Plata, Terramar, 2011.

08 enero 2016

Constancia

Mientras duerme la liebre desaprensiva, llega a la meta la tortuga constante. Absurda pesadilla, dice la liebre, despertándose de mal humor. Se despereza, se levanta, y en tres saltos gana la carrera. 


Ana María Shua, La sueñera. Buenos Aires, Emecé, 2003.

04 enero 2016

Plomos

-¿Sabés qué pasa, Ricardito? - bromeó Julián-. Hay una condición inherente a todos los plomos: ellos no saben que lo son.

Roberto Fontanarrosa, Encuentro con Arturo. En Uno nunca sabe y otros cuentos. Buenos Aires, Planeta, 2013.

Imperceptible

Pero en el fondo, todo crimen, toda muerte, agitaba apenas las aguas y se volvía pronto imperceptible.


Guillermo Martinez, crímenes imperceptibles. Buenos Aires, Planeta, 2003.