La misma estructura de los medios de comunicación está diseñada para inducir a la conformidad con respecto a la doctrina establecida. Resulta imposible, durante un lapso de tres minutos entre anuncios, o en setecientas palabras, presentar pensamientos poco familiares o conclusiones sorprendentes con los argumentos y la evidencia necesarios para dotarlos de cierta credibilidad. La regurgitación de beaterías bien aceptadas no se enfrenta con ese problema.
Noam Chomsky, Ilusiones necesarias, Terramar, La Plata, 2007.