22 mayo 2011

Fe vs Fanatismo

"La fe es la antítesis del fanatismo. La firmeza del genio es una suprema dignidad del propio Ideal; la falta de creencias sólidamente cimentadas convierte al mediocre en fanático. La fe se confirma en el choque con las opiniones contrarias; el fanatismo teme vacilar ante ellas e intenta ahogarlas. Mientras agonizan sus viejas creencias, Saúl persigue a los cristianos, con saña proporcionada a su fanatismo; pero cuando el nuevo credo se afirma en Pablo, la fe le alienta, infinita: enseña y no persigue, predica y no amordaza. Muere él por su fe, pero no mata; fanático, habría vivido para matar. La fe es tolerante: respeta las creencias propias en las ajenas. Es simple confianza en un Ideal y en la suficiencia de las propias fuerzas; los hombres de genio se mantienen creyentes y firmes en sus doctrinas, mejor que si éstas fueran dogmas o mandamientos. Permanecen libres de las supersticiones vulgares y con frecuencia las combaten: por eso los fanáticos les suponen incrédulos, confundiendo su horror a la común mentira con falta de entusiasmo por el propio Ideal. Todas las religiones reveladas pueden permanecer ajenas a la fe del hombre virtuoso. Nada hay más extraño a la fe que el fanatismo. La fe es de visionarios y el fanatismo de siervos. La fe es llama que enciende y el fanatismo es ceniza que apaga. La fe es una dignidad y el fanatismo es un renunciamiento. La fe es una afirmación individual de alguna verdad propia y el fanatismo es una conjura de huestes para ahogar la verdad de los demás."



José Ingenieros, IV. La moral del genio, en El hombre mediocre (pp. 282-283).
Ed. Losada. Buenos Aires, 2008.

16 mayo 2011

Immanuel

-¿Qué es esto?- exclamó el productor tras echar una ojeada a la primera página del guión-. ¿Está de pie y piensa? ¿Y por qué de noche?
-Piensa, por que así empieza todo. Y tiene que ser de noche, por que él debe ver las estrellas. En el libro lo pone claramente: "El cielo estrellado sobre mi cabeza y la ley moral en el fondo de mi corazón."
Se trataba de una adaptación cinematográfica de la Crítica de la razón pura de Immanuel Kant.
-¡Está de pie! Pero si en una película tiene que haber movimiento, ¿es usted un principiante o qué? Que camine, al menos, o mejor que corra, sin aliento, por que tal vez alguien le persigue. Eso da dinamismo y despierta el interés del espectador. Puede ser de noche, si quiere.
-Pero si corre no piensa, por que no tiene tiempo.
El productor se sumió en sus pensamientos, como Kant hiciera en otro tiempo.
-Ya lo sé. Cambiaremos la situación. Kant está de pie en la barra de un bar, sin afeitar, por que tiene problemas. A ver, a ver. ¿Por qué lleva peluca? ¿Era calvo o qué?
-Es una película de época, histórica.
-¿Se ha vuelto loco? ¿Quiere hacer Los tres mosqueteros o qué? Lo trasladaremos a los tiempos modernos. Noche, un bar, varios tipos alrededor, ¿comprende? La vida misma.
-Pero ¿y qué pasa con las estrellas?
-Muy sencillo. En el bar hay un televisor, precisamente dan La guerra de las galaxias. Kant lo está mirando, o sea que ve las estrellas.
-¿Y la ley?
-¿Qué ley?
-"La ley moral en el fondo de mi corazón". Lo escribió claramente.
-No hay problema. El sheriff entra en el bar y Kant tiene miedo porque no tiene la conciencia limpia. Lo mejor será la droga.
Hojeó unas cuantas páginas del guión.
-¿"Imperativo categórico"? ¿Qué es eso? ¿Algo relacionado con el imperialismo? No estaría mal.
-No lo sé, pero me parece que se refiere a que se está obligado a hacer algo.
-Claro que se está obligado a hacer algo. A cambiar este guión. Aquí Kant dice: "Este es mi imperativo categórico", inmediatamente después de haberle dicho que no se casará con ella. Eso no puede ser, es muy flojo.
-¿Por qué muy flojo? Pero si ella le dispara.
-Pero el sexo normal ya no interesa a nadie. Kant tiene que ser al menos bisexual. Le añadiremos un sobrino.
-¿Por qué un sobrino?
-Por que será menor de edad. Kant es su tío y de paso tendremos también un incesto. Ahora todo cuadra: el sobrino es drogadicto, Kant le proporciona la droga y por eso tiene miedo del sheriff.
Terminamos la película en dos semanas. Se llamaba Mi nombre es la existencia, por que desde el principio se trataba de una película intelectual, por eso nos basamos en Kant. Pero a pesar de ello tuvimos un gran éxito de público. La popularización de la cultura empieza a salir a cuenta.



Slawomir Mrozek, Immanuel. Cuento de su libro El árbol.
Ed. Quaderns crema. Barcelona, 1998.

10 mayo 2011

Mujeres en la Percusión

Cuando los caballos del faraón, con
sus carros y sus jinetes, entraron en el
mar, Yahvé hizo que las aguas del mar
volvieran sobre ellos; en cambio, los isra-
elitas pasaron en seco por medio del mar.
María, la profetisa, hermana de Aarón 
tomó en sus manos un tamboril y
todas las mujeres la seguían con tambo-
riles y danzando. Y maría les entonaba:
"Cantad a Yahvé, espléndida es su gloria,
caballo y jinete arrojó en el mar."



Antiguo Testamento
Ex.15.19

01 mayo 2011

PAZ

Hasta que de pronto vio con asombro una lápida que decía:

Ernesto Sabato
Quiso ser enterrado en esta tierra
con una sola palabra en su tumba
PAZ

"Paz." Sí, seguramente era eso y quizá sólo eso lo que aquel hombre necesitaba, meditó. Pero ¿por qué lo había visto enterrado en Capitán Olmos, en lugar de Rojas, su pueblo verdadero? ¿Y qué significaba esa visión? ¿Un deseo, una premonición, un amistoso recuerdo hacia su amigo? Pero ¿cómo podía considerarse como amistoso imaginarlo muerto y enterrado? En cualquier caso, fuera como fuera, era paz lo que seguramente ansiaba y necesitaba, lo que necesita todo creador, alguien que ha nacido con la maldición de no resignarse a esta realidad que le ha tocado vivir; alguien para quien el universo es horrible, o trágicamente transitorio e imperfecto.



Ernesto Sabato, en Abaddón el exterminador (p. 428).
Seix Barral, 2006.

Dolor por la muerte de Ernesto Sabato - Lanacion.com.ar