23 octubre 2015

El bien

¡Oh, tú!... ¡Tú, que no injuriaste la vida subordinando el amor, que es su esencia, a los convencionalismos corrientes; tú, que espontáneamente corriste a rendirle la ofrenda de tu plétora vivificante, tú, que supiste vivirla, amarla y crearla... tú eres la belleza, la verdad; eres el bien!... 


Florencio Sánchez, M'hijo el dotor. 
La Plata, Terramar, 2005.

16 octubre 2015

Filosofía en la vida

La filosofía debe aproximarse con entera confianza al dominio de la vida; lejos de toda pretensión, debe mostrarse capaz de distraer a las gentes en los ratos de ocio, debe incluso mezclarse con los placeres de una humanidad refinada para hacer sentir de igual manera su valor en dominios que nada tienen de filosófico y extender su influencia a toda la facción cultivada de la nación de la que ella reclama su amor. 


Karl Gottlob Schelle, El arte de pasearse (1802). Citado en Michel Onfray, Antimanual de filosofía, Madrid, EDAF.

14 octubre 2015

Escena

***
La mano de Julián se desliza más abajo del cuello de Cecilia. 
Cecilia se tira sobre el respaldo del auto, explayándose a la caricia. 
Ojos de Cecilia entornados, en una fuerte concentración de placer. 
***


Antonio Di Benedetto,  Declinación y Ángel. 
Buenos Aires, Gárgola, 2006.

17 agosto 2015

Ando entre libros...

Ando entre libros desde que tengo memoria, pues tuve la suerte de crecer entre los estantes de un par de buenas bibliotecas familiares, y durante toda mi vida procuré, también, rodearme de libros. En ellos confío precisamente, a medida que me hago mayor, para atrincherarme cuando todo, al fin, acabe de irse al carajo y me encierre, en esa biblioteca que he ido preparando durante toda mi vida, con música de tango, bolero y copla en el aparato, unas cuantas botellas de Juan Gil y una escopeta de postas del calibre doce, mientras las respetables matronas corren desoladas, los imbéciles se preguntan cómo ha podido ocurrir esto, y los bárbaros, como es su vigorosa obligación histórica, saquean la Roma que amo y conozco.


Arturo Pérez-Reverte - Escritores sin escrúpulos
Nota completa: http://www.perezreverte.com/articulo/patentes-corso/1031/editores-sin-escrupulos/ 

26 julio 2015

Vida y literatura

[...] me resistía a admitir que la vida terminara por parecerse tanto a la mala literatura.
[...]
[...] nunca le pareció legítimo que la vida se sirviera de tantas casualidades prohibidas a la literatura, para que se cumpliera sin tropiezos una muerte tan anunciada.  


Gabriel García Márquez, fragmentos de Crónica de una muerte anunciada. 

10 mayo 2015

Idealismo

Todo idealismo, toda oposición entre el mundo de las ideas intemporales, de los valores absolutos, de la normas puras, y el mundo de la experiencia y de la práctica, significa en cierto modo un apartamiento de la vida y una retirada a la pura contemplación y lleva consigo la renuncia a cambiar la realidad. 


Arnold Hauser, La ilustración griega. En Historia social de la literatura y del arte. 


Cuando usted encuentra un imbécil que diserta sobre su inercia, puede estar seguro de que se encuentra frente a un monstruo de la envidia y de la impotencia. 

Roberto Arlt, Barsut y el Astrólogo. En Los lanzallamas. La Plata, Terramar, 2012.

17 abril 2015

Derroche de antipatía

     Un día, durante una lección de esgrima, un acreedor vino a importunarme: lo perseguí por la escalera a golpes de florete. Cuando volví, el maestro de armas, un gigante pacífico que me habría tumbado de un soplido, me dijo ¡Cómo ha derrochado usted su antipatía! ¡Un poeta! ¡Un filósofo! ¡Bah! Había perdido el tiempo de realizar dos asaltos, estaba sofocado, avergonzado y despreciado por un hombre más, el acreedor a quien no había conseguido hacer un gran daño.
     En efecto, el odio es un licor precioso, un veneno más caro que el de los Borgia, porque está hecho con nuestra sangre, nuestra salud, nuestro sueño y dos tercios de nuestro amor. ¡Es imprescindible ser avaro!


Charles Baudelaire, Consejos a los jóvenes escritores.

13 abril 2015

Variación dinámica

Las variaciones dinámicas en la interpretación de una obra musical son importantes para el impacto emocional inducido en los oyentes. Las grabaciones de conciertos en los discos antiguos o cintas magnéticas no reproducen, generalmente, el enorme rango dinámico que usualmente escuchamos en una sala de conciertos. Los ingenieros de sonido frecuentemente retocan las grabaciones de un concierto, aumentando la intensidad del sonido en los pasajes pianísimos y disminuyendo --para no saturar los equipos de reproducción-- su intensidad en los fortísimos y, por consiguiente, un toca cintas no puede otorgar los "deleites" de un concierto en vivo.
El extremo opuesto de un concierto en vivo es la música "envasada" que transmiten en los supermercados y algunos consultorios médicos. Notemos que tal música no es capaz de llamarnos la atención. De hecho está precisamente diseñada para que no lo haga. ¿Cómo lo logran? Simplemente utilizando trozos musicales de poco interés y manipulando las grabaciones para evitar, en lo posible, las variaciones dinámicas. De esta manera logran su objetivo: producir un "ruido" de fondo parejo, chato y monótono, que no distrae al cliente.


Herbert Massmann y Rodrigo Ferrer, Instrumentos musicales. Artesanía y ciencia. Dolmen Ediciones.






29 marzo 2015

Negarse

Supongamos que yo pudiera convertirme en Dios. ¿Qué haría yo? ¿A quién condenaría? ¿Al que hizo mal porque su ley era hacer mal? No. ¿A quién condenaría, entonces? A quien habiendo podido convertirse en un Dios para un ser humano, se negó a ser Dios. A ése le diría yo: ¿Cómo? ¿Pudiste enloquecer de felicidad a un alma y te negaste? Al infierno, hijo de puta.


Roberto Arlt, Haffner cae. En Los lanzallamas. La plata, Terramar, 2012.

10 marzo 2015

Lo fundamental que hay que quitarle al hombre para someterlo es la conciencia

Comunicar una verdad por medio de tantas bocas es transformarla en la verdad de todos. La multiplicidad de los medios de emisión transforma la unicidad de la verdad (o sea, a la mera verdad del Grupo) en una verdad múltiple que se le impone a la multitud de la población. Lo múltiple para la multitud. Para introyectar una verdad en una multitud es necesario un Grupo Comunicacional. El Grupo Comunicacional, el pulpo informativo, tiene miles de voces, miles de «periodistas» que comunican, que dicen lo que el Grupo les impone decir, lo dicen a través de miles de canales de emisión, estas emisiones atrapan la subjetividad de los receptores, la colonizan, la anulan, los sujetos receptores ya no son más sujetos, devienen sujetos del Otro, sujetos aprisionados y manipulados por el Grupo Comunicacional. Surge, así, el sujeto de la supramodernidad, de la modernidad capitalista del siglo XXI, el sujeto-Otro. O sea, el sujeto constituido por el sujeto comunicacional. Así como el sujeto constituyente kantiano constituía al objeto, el sujeto constituyente comunicacional constituye al sujeto-Otro. Todo está organizado para que el sujeto no sea sujeto. No piense con autonomía, con libertad. Sea pensado. El sujeto —todo sujeto— es constituido en exterioridad por el gran sujeto absoluto mediático actual: el Grupo Comunicacional. O los oligopolios que esos Grupos —al unirse— forman. Los postestructuralistas intentaron humillar al sujeto. Lo hicieron desaparecer en la trama histórica. En esa trama, el papel comunicacional era casi inexistente. Le entregaron al Poder un sujeto débil. Era justamente el que el Poder requería. Porque no ignoraba —contrariamente a estructuralistas, postestructuralistas y posmodernos— que lo fundamental que hay que quitarle al hombre para someterlo es la conciencia. Es el gran tema de este libro. Para demostrar esa tesis ha sido escrito. Y asimismo para vencerla y desarrollar la contraria. No hay contrapoder sin conciencia crítica. Si el sujeto es tan irrelevante, ¿por qué el Poder ha levantado su más poderoso Imperio para sojuzgarlo? Los grandes pensadores europeos desde Las palabras y las cosas (1966) de Foucault hasta fines del siglo XX —que necesitaron negar al sujeto para entrar en Heidegger y Nietzsche y huir de Marx y del sartrismo— no lo vieron porque no lo podían ver y acaso tampoco querían. Y eso que no vieron tuvo resultados nefastos y hasta patéticos: en tanto ellos deconstruían al sujeto, el Imperio se consagraba a constituirlo. A constituir el más poderoso sujeto de la historia humana: el sujeto mediático, capaz de constituir a todos los otros. Lo estamos viendo ahora. Nosotros, pensadores situados, subalternos, ajenos al circuito académico dominado por el Saber francés recibido en la academia norteamericana para hablar de todas las cosas del mundo, pero no del sometimiento del sujeto, del sujeto-Otro y de lo que posibilitará el surgimiento de la conciencia crítica y su praxis de rebeldía.


José Pablo Feinmann, Filosofía política del poder mediático. Buenos Aires, Planeta, 2013.
 

Realidad

La realidad dista mucho de ser como nos la describen quienes no piensan más que en captarla.


Ben Hecht, Sangre de actor.

08 febrero 2015

Navegación a vela

Los jázaros acostumbraban poner en algunas de las naves de su flota, en vez de velas, redes de pesca. Y esas naves navegaban como todas las demás. Cuando un griego les preguntó a los sacerdotes jázaros cómo lo lograban, un judío, que estaba presente en la conversación, respondió en el lugar de aquellos a los que iba dirigida la pregunta: "Es fácil, en vez del viento, en esas redes retienen otra cosa".


Milorad Paviç, Diccionario jázaro, Novela léxico, 1989. Citado en Luis Chitarroni y Raúl Brasca, Antología del cuento breve y oculto, Sudamericana, Buenos Aires.

27 enero 2015

Ideas en el cuerpo

Las ideas no están en la cabeza, están por todo el cuerpo. Para que no las puedas borrar.


Arístides Vargas, Instrucciones para abrazar el aire.
Teatro La Comedia. Rosario, Santa Fe. 4-9-2014.


Y caminaba, quería extenuarlo a su cuerpo, agotarlo definitivamente, aplastarlo por el cansancio hasta tal grado que le fuera imposible modular una sola idea.


Roberto Arlt, Los siete locos.
Barcelona, Sol90, 2001.

Debilidad del individuo

Nuestra democracia liberal ha dejado que la economía no dependa de ningún poder, que esté dirigida solo por las leyes del mercado, sin ninguna restricción de las acciones de los individuos y por eso la comunidad sufre. La economía se ha vuelto independiente y rebelde a cualquier poder político y la libertad que adquirieron los más poderosos se ha convertido en la falta de libertad de los menos poderosos. El bien común ya no está defendido ni tutelado. Y la liebre libre en el gallinero priva de libertad a las gallinas.
[el individuo] Paradojalmente es más débil, sí, porque los más poderosos tienen más, aunque son un grupo reducido, mientras que la población se empobrece y la desigualdad aumenta vertiginosamente. Y los individuos pobres no son libres. Cuando no es posible encontrar el modo de curar tu enfermedad, cuando no podés vivir en la casa que tenés porque no la podés pagar, no sos más libre. No podés ejercer la libertad si no tenés poder, y entonces se transforma en una palabra escrita en los papeles.



Tzvetan Todorov, entrevista en Revista Ñ.

19 enero 2015

La única verdad no es la realidad

[…] No creía, como Perón, que la única verdad es la realidad. […] Creía que toda realidad puede ser creada, si la creamos nosotros como fruto de nuestro triunfo. Y que toda realidad, si es adversa, puede ser vencida, porque nuestra pasión, nuestra voluntad de vencerla es más fuerte que ella. Al fin y al cabo, ¿qué es la realidad? Algo ya constituido, ya hecho, un bloque en sí, que remite a sí, cuya fuerza es no cambiar, es ser lo que es para siempre, la realidad es un cascote en el camino invencible de la voluntad. La realidad es reaccionaria. La voluntad, revolucionaria. No es casual que la Generación del 80 —venerada por la oligarquía y por algunos de nuestros curiosos teóricos de izquierda como Oscar Terán— se haya entregado a los brazos de la filosofía positivista. El positivismo es la consagración de lo dado, de lo constituido, de lo que cerró, de lo ya totalizado. Es la glorificación de los hechos. Porque los hechos, las cosas, son nuestras, dicen las clases dominantes. Sólo hay que decir que son la verdad, todo régimen triunfante dirá: la única verdad es la realidad. Porque es su realidad la que ha triunfado. No en vano la frase viene de Hegel. El Hegel que glorifica la monarquía por estamentos de Federico Guillermo de Prusia. De él la tomó Clausewitz. Y de él la tomó Perón. El monarca prusiano acaso haya dicho a Hegel: «Maestro Hegel, hemos triunfado. La realidad es nuestra. Ahora santifíquela por medio de la filosofía». Y todo el sistema hegeliano conducía a una glorificación final de la realidad. Eso que el maestro de Jena llamó: saber absoluto. […]


José Pablo Feinmann, El flaco. Diálogos irreverentes con Néstor Kirchner.

09 enero 2015

Ética estética

 La ética es tan aburrida en la ciencia como en la vida. ¡Qué contraste! Bajo el cielo de la estética todo es fácil, hermoso, alado; pero, cuando entra la ética, todo se convierte entonces en adusto, triste, infinitamente aburrido. 


Søren Kierkegaard, Diario de un seductor.
Buenos Aires, Terramar, 2012.

Porvenir

 […] si miramos adelante, hacia un porvenir muy remoto, y tratamos de representarnos las generaciones futuras, con sus millones de individuos humanos diferentes de nosotros en usanzas y costumbres, nos hacemos estas preguntas: ¿De dónde vendrán todos? ¿Dónde están ahora? ¿Dónde se halla el amplio seno de la nada, preñado del mundo, que aún guarda las generaciones
venideras?
Pero ante estas preguntas hay que sonreírse y responder: no puede estar sino donde toda realidad ha sido y será, en el presente y en lo que contiene; por consiguiente, en ti, preguntón insensato, que desconoces tu propia esencia y te pareces a la hoja en el árbol cuando, marchitándose en otoño y pensando en que se ha de caer, se lamenta de su caída y no quiere consolarse a la vista del fresco verdor con que se engalanará el árbol en la primavera, dice gimiendo: «No seré yo, serán otras hojas».
¡Ah, hoja insensata! ¿Adonde quieres ir, pues, y de dónde podrían venir las otras
hojas? ¿Dónde está esa nada, cuyo abismo temes? Reconoce, pues, tu mismo ser en esa fuerza íntima, oculta, siempre activa, del árbol, que a través de todas sus generaciones de hojas no es atacado ni por el nacimiento ni por la muerte. ¿No sucede con las generaciones humanas como con las de las hojas?


Arthur Schopenhauer, Metafísica de la muerte.