28 enero 2014

Almacenamiento estético caducado

Algunas novelas italianas que han obtenido recientemente éxitos estrepitosos, deben su fortuna precisamente a los motivos expuestos por MacDonald a propósito de El viejo y el mar: divulgan posturas culturales vacías ya de su fuerza inicial y ostensiblemente banalizadas (cómplice, la habituación del gusto a través de los años) y los colocan a nivel de un público perezoso, que cree gozar de valores culturales nuevos cuando en realidad no hace más que enfrentarse a un almacenamiento estético caducado ya.

Umberto Eco, Apocalípticos e integrados, Sudamericana, Buenos Aires, 2013.

27 enero 2014

Malevaje

Perfilados bien por un fondo de paredes celestes o de cielo alto, dos compadritos envainados en seria ropa negra bailan sobre zapatos de mujer un baile gravísimo, que es el de los cuchillos parejos, hasta que de una oreja salta un clavel porque el cuchillo ha entrado en un hombre, que cierra con su muerte horizontal el baile sin música. Resignado, el otro se acomoda el chambergo y consagra su vejez a la narración de ese duelo tan limpio. Ésa es la historia detallada y total de nuestro malevaje [...].

Jorge Luis Borges, El proveedor de iniquidades Monk Eastman, Historia universal de la infamia.

24 enero 2014

La buena nueva

"Porque no hemos venido a traer la buena nueva a los niños salvajes", decía el Pastor Dahlmann, "sino a llevar al mundo la buena nueva de que ellos existen y nos nombran con un nombre que aún no podemos comprender...".

Leopoldo Brizuela, Inglaterra, una fábula.

16 enero 2014

Realidad y ficción

Así como el científico adivina el Arquetipo de la Rosa detrás de cada rosa, los actores del Great Will creían que todos los seres humanos se correspondían con alguno de los personajes de Shakespeare. En vano alguien hubiera podido decirles que esos personajes se habían inspirado en seres de la realidad, ingleses de carne y hueso que llenaban los teatros para verse representados: era la imperfecta naturaleza de este valle de lágrimas la que se inspiraba en Shakespeare, y cada hombre era una versión, fallida por la torpeza de estos tiempos, de Romeo y Julieta, de Próspero o Miranda. Así, tratar de ser mejor en la vida era tratar de parecerse cada vez más a uno u otro personaje de Shakespeare -tarea en la que los actores eran los más avezados de los hombres.

Leopoldo Brizuela, Inglaterra, una fábula, Aguilar, Buenos Aires, 1999.

12 enero 2014

Folletos

Por ejemplo, usted toma este folleto de Curazao, ve las palmeritas, el mar, la playa maravillosa de arena blanca, el agua transparente transparente que parece un cristal, el celeste del mar, y piensa: esto es el Paraíso. Y es así, por supuesto que es así, la foto no miente. Lo que la foto no le transmite a usted es que hay días, yo no sé si por la época o por la presión ambiental o la humedad o lo que sea, que del mar viene una baranda a pescado podrido que te voltea.

Roberto Fontanarrosa, Nada del otro mundo.

Una libertad

Abríamos despacio la puerta blanca, y al cerrarla otra vez era como un viento, una libertad que nos tomaba de las manos, de todo el cuerpo y nos lanzaba hacia adelante.

Julio Cortázar, Final del juego.

09 enero 2014

Toma de decisiones

Cualquier paso serio hacia una democracia con mayor significado tendría como objetivo la disolución de la concentración del poder de toma de decisiones, que en nuestras sociedades reside principalmente en un nexo estatal-empresarial.


Noam Chomsky, Ilusiones necesarias, Terramar, La Plata, 2007.

08 enero 2014

Tres posturas sobre el terrorismo

El enorme significado del terrorismo internacional en tanto que instrumento ideológico lo ilustra la reacción que se produce cuando alguien rompe filas y documenta el papel realizado por Estados Unidos y sus clientes a la hora de llevar a cabo, organizar y apoyar al terrorismo internacional. Si este tipo de trabajo no se puede sencillamente pasar por alto, se produce una reacción frenética -- "demente", "absurdo" y "fantasías" son algunas de las frases extraídas de un comentario de 1988, que no se acompaña ni siquiera de una semblanza de discusión. Estás reacciones no dejan de tener cierto interés, y merecen que se les dediquen algunos comentarios.
Uno podría adoptar una de tres posturas en cuanto al terrorismo: (1) Lo podemos atribuir a los enemigos oficiales, sean los hechos que sean. (2) Podemos descartar la discusión del terrorismo en su totalidad como tonterías cuya motivación es ideológica, y que no merecen atención. (3) Podemos tomar en serio el fenómeno, investigarlo, y dejar que sus trozos caigan donde puedan. Basándonos en presunciones racionales, descartamos la primera postura y aceptamos la tercera. La segunda postura es al menos discutible, aunque en mi opinión está equivocada; creo que existen todos los motivos para tomar el terrorismo en serio, y el concepto es tan claro como la mayoría de los que entran en el discurso político.
Pero las consideraciones de racionalidad no vienen al caso. La primera postura, totalmente irracional, es la norma en los medios de comunicación y en lo que se escribe sobre el terror, y predomina de manera abrumadora. La segunda postura se considera como más o menos tolerable, ya que absuelve a Estados Unidos y a sus clientes de toda culpa, si se descartan sus intentos de manipulación ideológica. La tercera postura, por el contrario, está totalmente fuera de lugar, ya que si la adoptamos, alcanzamos rápidamente conclusiones totalmente inaceptables, descubriendo, por ejemplo, que Miami y Washington han estado entre los principales centros mundiales del terrorismo internacional desde la etapa de Kennedy hasta la fecha, sea cual sea la definición del terrorismo (ya sea la del Código de EEUU, la de los convenios internacionales, la de los manuales militares o cualquier otra).
Noam Chomsky, Ilusiones necesarias, Terramar, La Plata, 2007.

01 enero 2014

Los prospectos

Mamá le dijo que era muy raro porque en el prospecto de la máquina decía que el humo no era dañino para las plantas, y el señor Negri le contestó que no hay que fiarse de los prospectos, que lo mismo es con los remedios que cuando uno lee el prospecto se va a curar de todo y después a lo mejor acaba entre cuatro velas.

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Julio Cortázar, Los venenos, en Final del juego, Alfaguara, Buenos Aires, 2011.