30 julio 2010

La atonalidad nos deja atónitos...


"[...] - Así pues -continuó- primero viene la obertura, que yo veo como algo ligero y pegadizo, pero en la escala dodecafónica, a modo de guiño a Schönberg.
- Pero, en buena lógica, habiendo tantos y tan hermosos valses de Strauss... -
- No seas bucéfalo -dijo Wunch con un gesto de desdén-. Eso lo reservamos para la apoteosis final, cuando el público se muera por un respiro después de dos horas de atonalidad."

Woody Allen, en Cantad, Sacher Tortes, cuento que aparece en su libro Pura anarquía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario