17 abril 2015

Derroche de antipatía

     Un día, durante una lección de esgrima, un acreedor vino a importunarme: lo perseguí por la escalera a golpes de florete. Cuando volví, el maestro de armas, un gigante pacífico que me habría tumbado de un soplido, me dijo ¡Cómo ha derrochado usted su antipatía! ¡Un poeta! ¡Un filósofo! ¡Bah! Había perdido el tiempo de realizar dos asaltos, estaba sofocado, avergonzado y despreciado por un hombre más, el acreedor a quien no había conseguido hacer un gran daño.
     En efecto, el odio es un licor precioso, un veneno más caro que el de los Borgia, porque está hecho con nuestra sangre, nuestra salud, nuestro sueño y dos tercios de nuestro amor. ¡Es imprescindible ser avaro!


Charles Baudelaire, Consejos a los jóvenes escritores.

No hay comentarios:

Publicar un comentario