09 diciembre 2014

Escucha

Estar con quien se ama y pensar en otra cosa: es de esta manera como tengo los mejores pensamientos,  como invento lo mejor y más adecuado para mi trabajo. Ocurre lo mismo con el texto: produce en mí el mejor placer si llega a hacerse escuchar indirectamente,  si leyéndolo me siento llevado a levantar la cabeza a menudo, a escuchar otra cosa. No estoy necesariamente cautivado por el texto de placer; puede ser un acto sutil, complejo, sostenido, casi imprevisto: movimiento brusco de la cabeza como el de un pájaro que no oye nada de lo que escuchamos, que escucha lo que nosotros no oímos. 


Roland Barthes, El placer del texto.
Buenos Aires, Siglo XXI, 2014.

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