10 noviembre 2014

El silencio

El teatro donde yo daba los conciertos también tenía poca gente y yo había invadido el silencio: yo lo veía agrandarse en la gran tapa negra del piano. Al silencio le gustaba escuchar música; oía hasta la última resonancia y después se quedaba pensando en lo que había escuchado. Sus opiniones tardaban. Pero cuando el silencio ya era de confianza, intervenía en la música; pasaba entre los sonidos como un gato con su gran cola negra y los dejaba llenos de intenciones.



Felisberto Hernández,
Nadie encendía las lámparas, 1947.
(En Chitarroni, Brasca. Antología del cuento breve y oculto. Buenos Aires, Sudamericana.)

2 comentarios:

  1. con los gatos cuidadito...q igual te viene bien unas cuantas sesiones de portero cuando acabes la carrera:-)bueno...solo sugerir q los silencios se pueden llenar con una sonrisa del alma y no con mala leche:-)porq tu no eres madonna ni estas en un videoclip...no? saludos y besitos a tu hermana:-)http://www.lyricsfreak.com/m/madonna/material+girl_20086925.html

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  2. y lo del deep blue, si quieres lo dejamos para un encuentro, sin lámparas, ni teatros, ni programaciones absurdas...no seas cotilla, bueno...igual no lo eres:-)qien sabe:-)besito-d

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