14 septiembre 2016

Violencia

¿Pero a quién le gusta la violencia por sí misma? ¿Le gustaba a Trotski, le gustaba al Che? Sólo los nazis (que constituyen para mí una especie de categoría mental fuera de todo periodo histórico y de toda localización nacional, desde los asirios hasta los SS) hallan en la violencia una especie de rescate de la debilidad; y si todo esto es primario y elemental, no me lo callo a esta hora en que France-Inter continúa explicando por boca de embajadores y ministros que sólo una acción concertada de los estados podrá poner coto al terrorismo; de una manera mucho más honda y más justa que yo lo dijo en su día la mujer de Mario Alves de Souza Vieira, torturado a muerte por los gorilas brasileños, en la carta que Heredia le dio a Susana para el álbum de Manuel, y ahora que precisamente corrijo esa página me saltan a la cara las palabras que nadie recordará esta noche en los noticieros de France-Inter: “Es necesario darse cuenta de que la violencia-hambre, la violencia-miseria, la violencia-opresión, la violencia-subdesarrollo, la violencia-tortura, conducen a la violencia-secuestro, a la violencia-terrorismo, a la violencia-guerrilla; y que es muy importante comprender quién pone en práctica la violencia: si son los que provocan la miseria o los que luchan contra ella…” 


Julio Cortazar, Corrección de pruebas en Alta Provenza. Barcelona, RM Verlag, 2012.

No hay comentarios:

Publicar un comentario