19 mayo 2014

No hay arte sin interés

Existe la utilidad como factor del origen e intención del arte.
El significado de la utilidad es aquí mucho más amplio y diverso que una utilidad comúnmente considerada económica y empírica. Lo útil compete a los fenómenos como el alma, el pensamiento, la satisfacción intelectual, el regocijo, la fruición. El placer de la pertenencia también concierne a lo útil... Allí se entrelaza con otro concepto: el interés.
[...]
No hay arte sin interés, pues precisamente este ingrediente estimula la fuerza del deseo, esta fuerza que provoca la perpetua búsqueda por el objeto amado. "Amamos aquello que no tenemos", confirma Platón. El interés visceral del arte reside justo en esta cuestión: nunca se posee, siempre se escapa a otros territorios para que el hombre se abra hacia él, insatisfecho y esperanzado, y que siga buscándolo para siempre.
La verdadera obra de arte nunca podrá ser un medio de satisfacción: con mayor o menor fuerza insta al receptor a avanzar en la ruta del deseo.


Marta Zátonyi, Arte y creación, Capital intelectual, Buenos Aires, 2007.

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